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martes, 23 de julio de 2013

Madre Melancolía (Juan Ramón Molina)


A tus exangües pechos, Madre Melancolía,
he de vivir pegado, con secreta amargura, 
porque absorbí los éteres de la filosofía
y todos los venenos de la literatura.

En vano - fatigada de sed el alma mía -
sueña con una Arcadia de sombra y verdura,
y con el don sencillo de un odre de agua fría
y con un racimo de dátiles y un pan sin levadura.

Todo el dolor antiguo y todo el dolor nuevo
mezclado sutilmente en mi espíritu llevo
como el extracto de una fatal sabiduría.

Conozco ya las almas, las cosas y los seres.
He recorrido mucho las playas de Citeres...
¡Soy tu hijo predilecto, Madre Melancolía!