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viernes, 22 de octubre de 2010

ANTOLOGÍA


Por Lic. Jaime Noé Villalta Umaña
Prof. y Abg.




Mientras miles de hombres han dejado sus vidas abandonadas al olvido, existen personajes notables que por su trayectoria política, profesional, cultural y alta sensibilidad social o amor y admiración a la naturaleza, han dejado escrito en los anaqueles de nuestro El Salvador (de nuestra América y del mundo entero), líneas que cantan a la vida; versos que ríen, lloran, en fin; cada uno de ellos con sus rimas ha impregnado el pergamino de gotas, que cual rocío vierte el universo desde la más profunda inspiración humana.  No sé si la inspiración es embriaguez, o sí la embriaguez, sea motivo de inspiración; pero mis sentidos están absortos, y mi mente desea liberarse en una rayo de luz que serpentee por el universo y producir versos de amor con la más delicada melodía; y al negarse mi cerebro a producir, les dejó está antología en homenaje a los poetas salvadoreños.
Que los lectores tengan el conocimiento de una lista de escritores salvadoreños, es loable; sin embargo, la tarea no termina ahí, es necesario navegar entre los versos; viajar por un mundo que a veces resulta inhóspito y a la vez inimaginable, sin sentido y peor aún ilógico; sin embargo, la naturaleza y la sociedad; bueno, incluso el pensamiento, son fuentes de inspiración que seducen, atraen y embriagan.
Cada ser humano tiene una concepción del mundo acabada o no, pero la tiene; y ésta es la base sobre la cual todos un día podemos garabatear con el pensamiento, jugar con las ideas; usar nuestros sentidos al máximo; ser observadores. El gusto por la vista, el tacto y el olfato nos permite oír. Los versos susurran al oído, cuando una linda libélula se posa sobre la rosa; cuando el diminuto gorrioncillo bebe el néctar de los claveles; o cuando las hacendosas hormigas recogen sus manjares; cuando el huérfano y el mendigo lloran por un mendrugo de pan y los dólares se usan para armas fabricar, para viajes a la luna realizar y bombas en ésta lanzar, en busca de agua que tomar.
Las contradicciones humanas, la injusticia, la violencia, la miseria y las pasiones mismas del hombre como el amor, odio, venganza, hipocresía; y otras muchas, lo mismo, que los universalmente aceptados valores; sí, todo ello es fuente de inspiración.
Así las cosas, podemos cantar a la naturaleza, llorar con la pobreza y carcajearnos de los que buscan habitar en nuevos horizontes del espacio estelar.