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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Mario Noel Argueta


Recopilado por:
Lic. Jaime Noé Villalta Umaña
Prof. y Abg.
EPITAFIO SOBRE LA TUMBA PERDIDA
Mario Noel Rodríguez

Los poetas trazan breves abismos con sus espadas de laurel.
En pose de aprisionar algo soñado, besable,
juran recuperar el perdido reino del asombro.
Envueltos hasta los huesos en banderas arrebatadas como fuego,
gastadas de levantarlas por la patria personal,
la cruel de las madrugadas,
la que siempre truncó los regresares.
Rompen en abrazos con la electricidad de los hermanos
y nada más embriagador que los viejos himnos rebeldes.
Tanta vuelta para condenar tanta muerte,
golfa que escarba ciega, absurda,
con derecho a saber nuestros amores y miserias.

HAMBRE
Mario Noel Rodríguez

Sirvo la gelatina a los cercanos-lejanos,
a los lejanos-cercanos,
de fondo esta pared con inscripciones inspiradas en el destierro.
Vuelvan al amor que se enseñó a puñaladas,
ni imaginan el rumor de ser desarmónico,
buscar ventanas en el crematorio de las metáforas.
Tíldeseme de Huidobrofrío.
Huidobrosombra.
Huidobroduda.
Huidobrosismo.
Llámeseme como sea.
No descansaré de invocarlos con mi antena rebalsada de líquenes,
con estos libros que roban horas a los hijos.
¿Me escuchan?
¿Saben que soy sitio habitado por calaveras,
por sombras cruzadas a cañonazos,
por infancias cremadas en dictaduras,
por la voz de mamá pintando semáforos en el cielo?
La poesía los convoca y calla.
Saca de su andar cojitranco, alocadamente,
fotos de las tardes profundas.
Vengan a la prometida mesa,
en el centro se alza preciosa la tortilla,
sol que niega otras hambres.

PARA DESVESTIR A UNA CEBRA
Mario Noel Rodríguez

No hables de paisajes a la más bella de todas.
La sola voz enturbiaría su corazón.
Preferible si el incienso inunda de cortinas,
invade con la tibieza de otrora horizontes.
Besa su asombro,
despacio muy despacio dile su beldad en letras de coral,
corónala con los ojos cerrados.
Cuando llegue la desnudez –portera del paraíso-
cúbrela de mimos
y cuelga la piyama en las estrellas más lejanas.

RENDIJA
Mario Noel Rodríguez

Tufo a vida eterna tiene la amante del Príncipe,
olor a cuello después de la entrega.
No hay métrica para decir sus caderas trabajadas en jade,
el sudor del corazón vibra y huye.
Música barroca entra a su pelo,
querubines entonan lenguas muertas en su soñado ombligo.
Escultores sin patria, al imaginarla, lloran de tanto cielo.
Plebeyos susurramos odas a esa boca perdida en su bermellón,
ignora la dispuesta maquinaria de nuestro oculto volcán.
No es justo que se abandone a la tiranía de su mano.
¡Ave, musa!
¡Ave, soberbia escalera a los infiernos!

Oswaldo Escobar Velado

Recopiló Lic. Jaime Noé Villalta Umaña

Prof. y Abg.


DISTANCIA DEL NIÑO A LA ROSA

Oswaldo Escobar Velado

Altura de la rosa detenida
por la mano del niño silenciosa.
De la rosa hasta el niño no hay medida;
y del niño a la rosa sólo hay rosa.

En su mano que juega rumorosa,
en alas de fragancia sostenida
o en aroma de sombra milagrosa
permanece la rosa, consentida.

La rosa para el niño es juguete.
Y la gracia que en ella se somete
En la mano del niño se resume.
Si vuela de su mano primorosa,
Es que el niño creyó era la rosa
Su blanca papalota de perfume.

DISTANCIA DEL NIÑO AL CIELO

Oswaldo Escobar Velado


El cielo sobre el niño está en el niño.
El niño bajo el cielo está en el cielo.
El niño para el cielo es un cariño.
Y el cielo para el niño es un anhelo.

En la mano del niño es el pañuelo
un pedazo de cielo en desaliño.
La nube es un pañuelo en el corpiño
del día que perdió su guardapelo.

Ni distancia, ni beso, los separa.
El niño toca con su mano clara
el cielo que se abre en cada rosa.

Hay un niño en la estrella que más brilla,
y un cielo hay escondido en la mejilla
y en la frente del niño que reposa.

LA IGUANA

Oswaldo Escobar Velado

 

La iguana sola. Sobre la piedra sola.
En pleno mediodía
apenas mueve su dorada cola.
Cola con sol y cola con poesía.

Sola. Sola. El sol la tornasola.
Se vuelve pedrería.
Su cresta en la cabeza es una ola
de fina alfarería.

Junto a los cactus, lejos de la hoja
la iguana está sobre la piedra roja.
Sobre la piedra roja. Roja y dura.

Sola. Sola. El sol la tornasola.
Cuando mueve su dorada cola,
la cola le fulgura

PATRIA  EXACTA

Oswaldo Escobar Velado

Esta es mi Patria:
un montón de hombres; millones
de hombres; un panal de hombres
que no saben siquiera
de donde viene el semen
de sus vidas
intensamente amargas.

Esta es mi Patria:
un río de dolor que va en camisa
y un puño de ladrones
asaltando
en pleno día
la sangre de los pobres.
Cada Gerente de las Compañías
es un pirata a sueldo; cada
Ministerio del Gobierno Democrático
un demagogo
que hace discursos y que el pueblo
apenas los entiende.

Ayer oí decir a uno de esos técnicos
expertos en cuestiones
económicas; que todo
marcha bien; que las divisas
en oro de la patria
iluminan las noches
de Washington; que nuestro crédito
es maravilloso; que la balanza
comercial es favorable; que el precio
del café se mantendrá
como un águila ascendiendo y que somos
feliz que vive y canta.

Así marcha y camina la mentira entre nosotros.
Así las actitudes de los irresponsables.
Y así el mundo ficticio donde cantan
como canarios tísicos,
tres o cuatro poetas,
empleados del Gobierno.

Digan, griten, poetas del alpiste.
Digan la verdad que nos asedia.
Digan que somos un pueblo desnutrido.
Que la leche y la carne se la reparten
entre ustedes
después que se han hartado
los dirigentes de la cosa pública.

Digan que el rábano no llega
hasta las mesas pobres; que diariamente
mueren cientos sin asistencia médica
y que hay mujeres que dejan
la uva de su vientre
a plena flor de calle.

Digan que somos lo que somos
un pueblo doloroso,
un pueblo analfabeto,
desnutrido y sin embargo fuerte
porque otro pueblo ya se habría muerto.

Digan que somos, eso sí, un pueblo excepcional
que ama la libertad muy a pesar del hambre
en que agoniza.
Yo grito, afirmo y aseguro:
En todas partes donde vivo, el cerro.
En todas partes donde canto, el hambre
El hambre y el dolor junto a los hombres.
La miseria golpeándoles la vida
hasta quebrar el barro más cocido del alma.

Y a esto amigo se le llama Patria
y se le canta un himno
y hablamos de ella como cosa suave,
como dulce tierra
a la que hay que entregar el corazón hasta la muerte.
Mientras tanto al occidente de la casa que ocupo
hay una imagen encaramada en el mundo
(¡mayor razón para que viera claro!)
y allá junto a sus pies de frío mármol
una colonia alegre
se va en las tardes
cantando, a los cinemas

Bajo la sombra de "El Salvador del Mundo"
se mira el rostro de los explotadores.
Sus grandes residencias con sus ventanas que cantan.
La noche iluminada para besar en Cadillac
a una muchacha rubia.

Allá en el rostro de la Patria, un gran dolor
nocturno: allá y yo con ellos, están los explotados.
Los que nada tenemos como no sea un grito
universal y alto para espantar la noche.
Allá las mesa de pino; las paredes
húmedas; las pestañas de las tristes candelas;
la orilla de un marco de retrato
apolillado; los porrones
donde el agua canta; la cómoda
donde se guardan las boletas
de empeño; las desesperadas
camisas; el escaso pan junto a los Lunes
huérfanos de horizontes; el correr
de los amargos días; las casas
donde el desahucio llega y los muebles
se quedan en la calle
mientras los niños y las madres lloran.

Allá en todo esto, junto a todo esto,
como brasa mi corazón
denuncia al apretado mundo
la desolada habitación del hombre que sostiene
el humo de las fábricas.
Esta es la realidad.
Esta es Mi Patria: 14 explotadores
y millones que mueren sin sangre en las entrañas.
Esta es la realidad.
Yo no callo aunque me cueste el alma!

Pedro Valle


Recopilado por:
Lic. Jaime Noé Villalta Umaña
Prof. y Abg. 

A PIE
Pedro Valle
 
Tiempo caballo desbocado
sombre noche terrible
sólo el silencio solo
en la secreta voz
 
Los días que en marejada
llenan de dolor el pecho
tropel que pinta de luna
el río de los recuerdos
 
Cómo no encontrar tus pasos
en las huellas del que ama
cómo no vestir la aurora
con el cielo de tus ojos
 
Vamos a cruzar la vida
por la esquina de la muerte
vamos a encender los sueños
con la guitarra del llanto
 
Pasos de la única selva
del dolor y la esperanza
en que vamos desnudando
una sed debida a mares.
 
MALAS NOTICIAS
Pedro Valle
                                                                      
El estado del tiempo
es un periódico
hojeado a la siguiente página
Días que como nubes negras
cabalgan hacia el país
de los sueños
Rutina asfixiante
de presagiar goteras
en el tejado del pecho
Hijos del odio los hombres
sólo enarbolan
la canción triste de la muerte
 
OSCURO OSCURO
Pedro Valle
 
Voces como ríos de sangre
en la inmensa noche del poder
En el pecho del hombre
sólo escombros
geografía mustia que se yergue
dejando tras su paso
la única flor de la tristeza.
 
MONÓLOGO DEL VIAJERO
Pedro Valle
 
Un hombre
se refugia en un cuarto
porque en las calles
sólo hay monólogos
de medianoche
Un hombre vuelve
Y en su mirada trae
La flor de la nostalgia
No hay nadie
y en las mesas del tedio
humeantes cigarros
se confunden
con la sombra
de extraños habitantes
Pareciera
se olvidaron las palabras
y los viajeros presurosos
ignoran el idioma
de otro tiempo
Cae la noche súbita
y el silencio es un puente
hacia un poema triste
en la estación de los sueños.