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sábado, 29 de octubre de 2016

Madrigal

Gutierre de Cetina

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis más hermosos.

¡Ay!, tormentos rabiosos.
Ojos claros, serenos,
ya que así miráis, miradme al menos.