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viernes, 14 de octubre de 2016

Soneto de la dulce queja

Federico García Lorca

Tengo miedo a perder la maravilla 
de tus ojos de estatua y el acento 
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla 
tronco sin ramas; y lo que más siento 
es no tener la flor, pulpa o arcilla, 
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío, 
si eres mi cruz y mi dolor mojado, 
si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado 
y decora las aguas de tu río 
con hojas de mi otoño enajenado.