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domingo, 6 de noviembre de 2016

El día que me quieras

Amado Nervo

El día que me quieras tendrá más luz que junio,
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo,
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Las fuentes cristalinas
irán por las laderas
saltando cantarinas
el día que me quieras.

El día que me quieras, los sotos escondidos
resonarán arpegios nunca jamás oídos.
Éxtasis de tus ojos, todas las primaveras
que hubo y habrá en el mundo serán cuando me quieras.

Cogidas de la mano, cual rubias hermanitas
luciendo galas cándidas, irán las margaritas
por montes y praderas
delante de tus pasos, el día que me quieras...
Y si deshojas una, te dirán su inocente,
postrer, pétalo blanco: ¡Apasionadamente!

Al reventar el alba del día que me quieras,
tendrán todos los tréboles cuatro hojas agoreras
 y en el estanque, nido de gérmenes ignotos,
florecerán las místicas corolas de lotos.

El día que me quieras será cada celaje
ala maravillosa, cada arrebol miraje
de las mil y una noche, cada brisa un cantar
cada árbol una lira, cada monte un altar.

¡El día que me quieras, para nosotros dos
cabrá en un solo beso la beatitud de Dios!