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miércoles, 10 de noviembre de 2010

El árbol



Alfredo Espino 
Estremece su frondas con grácil movimiento
el maquilishua en flor. Y bajo el vespertino
cielo, se va alfombrando la tierra del camino
con la irisada lluvia que hace caer el viento.

Los pájaros del bosque preludian un lamento
lleno de dulcedumbres; se desenvuelve el trino
entre un nido de flores... y tornase divino
el árbol, porque canta como el árbol del cuento.

En medio del fragante silencio del paraje
los pájaros emprenden su interrumpido viaje,
mientras la luz prodiga sus lánguidos rubores.

Por entre el maquilishua la tarde azul destella;
y al revolar el viento, de lo alto ve una estrella;
que en la sombras el árbol sigue llorando flores.