Recopiló
Lic.Jaime Noé Villalta Umaña
Prof. y Abg.
ELEGÍA VIOLENTA
A UN HOMBRE AGRARIO
Tirso Canales
La Historia, la carnicería, ríe,
pero el hombre....está herido.
El victimario calla.
Profundamente calla.
¡También todos callaron!
desde antes, las sombras
cayeron en tu espalda.
pero el hombre....está herido.
El victimario calla.
Profundamente calla.
¡También todos callaron!
desde antes, las sombras
cayeron en tu espalda.
Hoy eres solamente
cualquier sobrante de heno
que se aburrieron
de morder las bestias...
¿Y habrá quién todavía,
nos diga lo contrario?
Hoy no respiras.
Hoy se te negó el aire:
Cómo un santo soberbio.
¿Cómo justificamos esto,
esa tu muerte pálida, de paja...?
¿Y quién afirmaría, que nosotros
-poetas- no estamos complicados
en esa muerte tuya?
¿Quién se atreve a decir,
inútilmente
la perdida lujuria de la rosa?
¡En éste caso nadie...!
Ahora tu corazón,
es una fruta seca
consumida en su mismo aroma.
Ahora tus ojos son
un par de gotas duras
pesándole a la noche.
Ahora tu cuerpo
desolado pétreo,
es nada más el cauce
que agotó el río.
Ahora sí,
al fín mañana mismo
tendrás tu propia tierra.
Tu corazón,
-tractor en el subsuelo-
romperá las parcelas
de tu alto pecho agrario.
Sembrarás la protesta
dolida de tus dientes.
Y estoy seguro
que mañana,
tu voz vendrá temblando
en los cereales.
Y en la leche más tierna
del maíz
cabrá la gota sagrada de tu genio.
Francamente,
cualquiera afirmaría
que tú viviste de hombre.
La vorágine herida de mi grito
aún lo está preguntando:
¿Fuiste invierno,
que retornó a su origen?
¿O fuiste lana,
que volvió a su oveja?
¿O la grave nostalgia,
de algún minero antiguo?
O la mueca del hacha,
reventada de un golpe?
¡Francamente, penetra la tristeza...!
Después de todo,
lo sentiremos mucho.
Lo sentirá mi pecho
y la herramienta tuya.
Lo sentirá la lluvia
y el sol del mediodía.
¿Qué más después de todo?
Yo por mi parte,
-poeta en la esperanza-
lo más que ofrecería,
es besarte las manos coaguladas,
mientras me duele el canto.
Y en el futuro
-eso sí, lo prometo-
¡saludar las auroras de tu nombre!
cualquier sobrante de heno
que se aburrieron
de morder las bestias...
¿Y habrá quién todavía,
nos diga lo contrario?
Hoy no respiras.
Hoy se te negó el aire:
Cómo un santo soberbio.
¿Cómo justificamos esto,
esa tu muerte pálida, de paja...?
¿Y quién afirmaría, que nosotros
-poetas- no estamos complicados
en esa muerte tuya?
¿Quién se atreve a decir,
inútilmente
la perdida lujuria de la rosa?
¡En éste caso nadie...!
Ahora tu corazón,
es una fruta seca
consumida en su mismo aroma.
Ahora tus ojos son
un par de gotas duras
pesándole a la noche.
Ahora tu cuerpo
desolado pétreo,
es nada más el cauce
que agotó el río.
Ahora sí,
al fín mañana mismo
tendrás tu propia tierra.
Tu corazón,
-tractor en el subsuelo-
romperá las parcelas
de tu alto pecho agrario.
Sembrarás la protesta
dolida de tus dientes.
Y estoy seguro
que mañana,
tu voz vendrá temblando
en los cereales.
Y en la leche más tierna
del maíz
cabrá la gota sagrada de tu genio.
Francamente,
cualquiera afirmaría
que tú viviste de hombre.
La vorágine herida de mi grito
aún lo está preguntando:
¿Fuiste invierno,
que retornó a su origen?
¿O fuiste lana,
que volvió a su oveja?
¿O la grave nostalgia,
de algún minero antiguo?
O la mueca del hacha,
reventada de un golpe?
¡Francamente, penetra la tristeza...!
Después de todo,
lo sentiremos mucho.
Lo sentirá mi pecho
y la herramienta tuya.
Lo sentirá la lluvia
y el sol del mediodía.
¿Qué más después de todo?
Yo por mi parte,
-poeta en la esperanza-
lo más que ofrecería,
es besarte las manos coaguladas,
mientras me duele el canto.
Y en el futuro
-eso sí, lo prometo-
¡saludar las auroras de tu nombre!
¡HAY COSAS EN LA VIDA...!
Tirso Canales
Tirso Canales
Hay cosas en la vida de los hombres,
profundamente tristes...
Uno ha querido amar
con torrenciales ansias
y el asombro le apaga
la voluntad de un golpe...!
Uno abre el corazón
intensamente
como si abriera un día
con sus anchas luces.
Eso lo hiciste tú Sandino,
darte a todos los hombres
con efusión ardiente.
Eso lo hiciste tú
sin admitir siquiera,
que el amor a la Patria
y a los hombres,
es como derramar
la vida de antemano...!
Eso lo hiciste tú, Sandino
con una voz resuelta,
y un hondo sentimiento
en la mirada...
Tú, hombre de ésta tierra,
gran ráfaga de luz
en medianoche, tibieza
y entusiasmo
soldado de amplio pecho.
Tú, hombre de estas Patrias
heredades ajenas...
Yo no sé, yo no sé
pobladas de tristeza...!
profundamente tristes...
Uno ha querido amar
con torrenciales ansias
y el asombro le apaga
la voluntad de un golpe...!
Uno abre el corazón
intensamente
como si abriera un día
con sus anchas luces.
Eso lo hiciste tú Sandino,
darte a todos los hombres
con efusión ardiente.
Eso lo hiciste tú
sin admitir siquiera,
que el amor a la Patria
y a los hombres,
es como derramar
la vida de antemano...!
Eso lo hiciste tú, Sandino
con una voz resuelta,
y un hondo sentimiento
en la mirada...
Tú, hombre de ésta tierra,
gran ráfaga de luz
en medianoche, tibieza
y entusiasmo
soldado de amplio pecho.
Tú, hombre de estas Patrias
heredades ajenas...
Yo no sé, yo no sé
pobladas de tristeza...!