Alfredo Espino
Perdido entre la vaga lejanía,
si te coronan nubes vaporosas,
eres búcaro azul de blancas rosas,
con que exornara su palacio el día...
Mas al venir la noche, muda y fría,
con sus horas de calmas silenciosas,
son tus moles columnas prodigiosas
sosteniendo una cúpula sombría...
Pero nada es más bello que mirarte
erguido siempre en majestad serena,
como si fueras el Tonante Dios;
o en las tranquilas horas contemplarte,
con tu empinado lomo de ballena
que un rudo hachazo dividiera en dos!