Carmen Brannon Vega
Claudia Lars
Quiero, para nombrarte, voz tan fina
Y tan honda… conciencia de la rosa,
Eje del aire, llama melodiosa,
Cambiante y desolada voz marina.
Vaivén de arrullo, trémolo a sordina,
Rumor que el mundo y el azul rebosa;
Arpegio de la escala luminosa
Donde el canto de amor sube y se afina.
Para nombrarte debo ser tan clara
Como lira perfecta que tocara
Mano imposible, de belleza viva.
Y ha de vibrar dulcísimo tu nombre
—verbo del ángel, música del hombre—
en mi delgada lengua sensitiva.